La firma de automóviles de alta gama ha confiado en el ganador del premio RIBA de arquitectura para diseñar unos apartamentos exclusivos y un coche con su nombre.
Desde hace tiempo, el mundo del automóvil está buscando la complicidad con otras áreas creativas para demostrar que los coches son algo más que un producto industrial. En medio de un año tan complicado, la firma Aston Martin, mítico fabricante de vehículos deportivos de alta gama, ha decidido dar un paso más en su estrategia y comenzar su andadura en el mundo inmobiliario.
Para ello ha decidido colaborar con la firma inmobiliaria Lightstone y el arquitecto Sir David Adjaye, recién ganador del premio RIBA de arquitectura, en el proyecto 130 William, la remodelación de un rascacielos en una de las zonas residenciales más exclusivas de Manhattan para acoger apartamentos de lujo. El arquitecto británico de origen ghanés se ha encargado no solo del proyecto de reforma del edificio sino que también ha diseñado personalmente los interiores junto al director creativo de Aston Martin, Marek Reichman.
El edificio, de 244 metros de altura y 66 plantas, acogerá 242 apartamentos. La fachada, con elementos de fundición artesanales rematados con detalles de bronce que recuerdan a la arquitectura clásica de Manhattan, ya anticipa el refinamiento que nos encontraremos en los interiores.
Por el momento los pisos piloto son cinco y se encuentran en los pisos 59 y 60 del edificio. Tienen un patio al aire libre del que salen los accesos a las habitaciones interiores, y están amueblados con piezas de Aston Martin Home Collection by Formitalia.
En la cocina, los electrodomésticos de alta gama de Gaggenau son el complemento perfecto para las encimeras de mármol hechas con piedra procedente de los Alpes Apuanos en la Toscana. Los armarios y vestidores de los apartamentos son de Boffi y con iluminación de Flos, mientras que las sillas diseñadas por Hans J. Wegner para Carl Hansen & Søn y las de los Eames, editadas por Vitra, amueblan los dormitorios y la zona de trabajo. Finalmente los baños se han hecho a medida con mármol italiano de la firma Salvatori.
Las cinco viviendas que por el momento están acabadas ya se pueden comprar a un precio que oscila entre los 4 y los 11,5 millones de dólares. Además de todas las comodidades privadas, cuentan con equipamientos comunes que incluyen piscina infinity, piscinas de inmersión fría y caliente, sauna seca y salas de masaje, estudios de yoga, canchas de baloncesto privadas, un cine IMAX solo para residentes y zonas de catering con chef privado. El lujo está en 130 William.
